La Ley de Arrendamientos Urbanos, que regula los contratos de alquiler en España, ha experimentado varias modificaciones en los últimos años con el objetivo de proteger a los inquilinos y dar mayor seguridad jurídica a los propietarios.
Uno de los cambios más destacados es la duración mínima de los contratos, que actualmente se fija en 5 años cuando el arrendador es persona física y en 7 años si es una empresa. Además, el inquilino puede prorrogar el contrato de forma automática hasta un máximo de 3 años más.
Otro punto clave es la limitación de fianzas y garantías adicionales, ya que el arrendador no puede exigir más de dos mensualidades extra como garantía adicional. También se ha reforzado la regulación de las subidas de renta, que ahora deben estar vinculadas al índice de referencia oficial para evitar incrementos abusivos.
👉 Para propietarios e inquilinos, contar con un asesoramiento especializado es fundamental a la hora de firmar o renovar un contrato de alquiler, evitando cláusulas nulas o situaciones de indefensión legal.